Uvas, parras y viñas

Lo que necesitas saber para cuidar de ellas

Lloro o llanto de la vid
Suele producirse como consecuencia de una poda invernal tardía, y consiste en que la savia fluye libremente por los cortes, sobre todo si la herida es grande. Para el viticultor sin experiencia, este «llanto» puede resultar desconcertante. No hay que asustarse, sin embargo, ya que si la vid está sana, la pérdida de savia no dañará la planta, y se detendrá más adelante, en primavera, cuando salgan las yemas y empiecen los brotes. En el pasado se aplicaban remedios para restañar el flujo, como cauterizar la herida, poner cera selladora, pintar con cola de carpintero, etc., pero nunca dieron resultado una vez que el «llanto» había empe zado. La verdadera solución consiste en podar a tiempo, terminando el trabajo a fines de diciembre y, preferentemente, justo después de la caída de las hojas.
Exudaciones
Un fenómeno corriente en primavera es la aparición de glóbulos trans­parentes que parecen huevos en el envés de las hojas y en los peciolos. Estas pequeñas gotas redondas, verdosas o incoloras, no son los huevos de alguna plaga, sino el resultado de una exudación natural de la plan ta. Este tipo de exudación se produce normalmente en los pámpanos y constituye una señal de que las raíces trabajan con energía, y de la buena salud de la planta. Los síntomas serán más evidentes en las plantas cultivadas en invernadero con la atmósfera húmeda.
Estallido del fruto
Este problema se presenta como consecuencia del ataque del mildiu (ver pág. 60). Sin embargo, en ocasiones se puede producir a causa de un crecimiento irregular, como acontece cuando a un período de se quía le sucede un período de intensas lluvias. Normalmente, las uvas afectadas se pudren bajo los efectos de la consiguiente podredumbre gris. No se puede hacer gran cosa para prevenir este problema, aparte de cubrir el suelo con capas de estiércol y paja, y de regar en los perío dos secos para evitar que el suelo se seque completamente.
Carencia de magnesio
La vid se resiente rápidamente cuando el suelo presenta carencia de magnesio. Los síntomas aparecen en las hojas, que muestran una deco­loración anaranjada o amarillenta entre los nervios, aunque en algunas variedades las manchas de las hojas pueden ser purpúreas. Más tarde, las áreas afectadas se vuelven marrones. Estos síntomas no deben con fundirse con los de abrasamiento solar (ver pág. 64). Esta carencia se puede corregir rociando el follaje, en cuanto aparezcan los primeros síntomas con 220 g de sulfato de magnesio disueltos en 11 litros de agua con un dispersante que puede ser jabón suave o unas gotas de un detergente para vajillas. Aplique esta solución dos o tres veces, a inter valos de quince días. Las aplicaciones sobre el suelo actúan con mayor lentitud, pero son muy eficaces como remedios a largo plazo. En los parrales, aplique el sulfato de magnesio en los años siguientes como si fuese un abono, al final de la primavera, en una dosis de 66 g/m2.
Edema o hidropesía
Se trata de un trastorno fisiológico, más frecuente en las vides de in­vernadero. En un momento bastante avanzado de la temporada, apare ce una especie de verruga en los tallos, cuando los frutos se están desarrollando. A veces se dan en los mismos frutos e incluso en el envés de las hojas. Estas verrugas pueden reventar y tener una aparien cia vesiculosa o blanco polvorienta; también pueden volverse herrum brosas, y aparecer como parches escamosos y marrones. Este problema surge como resultado de un exceso de agua en las raíces, cuando las raíces de una planta absorben más agua de la que las hojas pueden transpirar, debido a unas condiciones de extrema humedad, sea en el suelo, en la atmósfera o en ambos. Cuando se presente el problema, no elimine las partes afectadas porque no haría más que empeorar la si tuación. No existe un tratamiento especial, y el remedio consiste en mantener el suelo y el aire en condiciones más secas. Con un trata miento correcto, la planta retomará un ritmo adecuado de crecimiento.
Escaldadura y abrasamiento
Las escaldaduras, que se manifiestan como parches hundidos en los granos, y el abrasamiento del follaje, que se manifiesta como grandes manchas de color marrón pálido, se deben a la acción solar a través del vidrio sobre los tejidos húmedos. Estos problemas se dan normalmente cuando la ventilación es insuficiente. Una sombra parcial puede ayu dar a prevenirlos. Retire los granos y las hojas afectados.
Corrimiento de los racimos
El corrimiento se manifiesta durante la primera etapa de maduración del fruto, cuando algunos granos o grupitos de granos no se desarrollan ni se colorean. Empieza como una mancha oscura a lo largo del tallo

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