El cultivo de la vid en macetas tiene varias ventajas. Los tiestos se pue den cambiar de lugar dentro del invernadero y se pueden trasladar al exterior cuando la planta ha dado sus frutos. Al dejar las vides al aire libre, madurarán los pámpanos, disponiendo al mismo tiempo del en torno frío necesario para su hibernación. Para reducir los daños que puedan producir las heladas, conviene sumergir las macetas de arcilla en un contenedor; no obstante, cualquiera que sea el tipo de tiesto utili zado, el hecho de sumergirlos en un contenedor les dará estabilidad cuando haga mucho viento.
La mayor parte de las operaciones descritas para el cultivo de la vid en invernadero son aplicables al cultivo de la vid en maceteros, aunque en este caso las vides se cultivan como plantas erectas, con un largo tronco que produce una «copa» de pámpanos. Los propietarios de in vernaderos pequeños prefieren este método, dado que permite obtener una cosecha sustanciosa en un espacio reducido. Permite asimismo culti var más de una variedad y, teniendo cuidado, se pueden cultivar al mismo tiempo las cepas más corrientes. La vid se saca fuera del inver nadero en otoño, quedando así espacio libre para los crisantemos, por ejemplo. La climatización asegura una larga etapa de desarrollo y, por lo tanto, una maduración temprana, pero un invernadero frío también puede dar buenos resultados.
Las variedades tempranas que mejor se adaptan al cultivo en mace tas, además del «Black Hamburg» que es la más indicada, son «Buck-land Sweetwater», «Foster's Seedling» y los tipos de Frontignan.
Cuando las varas están consolidadas y bien asentadas en el macete ro, las raíces se activan en primavera. Si la vara es débil, es preciso que crezca para formar el sarmiento principal, y para ello habrá que podar la a una yema a fin de inducir un crecimiento vigoroso durante el vera no. La poda debe hacerse entre noviembre y diciembre. Las varas que tengan un diámetro de 1 cm o más se podarán hasta una yema, a 0,9-1,4 m por encima del macetero, más o menos. La longitud del sarmien to principal se eligirá en función de la altura del invernadero.
Tal vez será necesario trasplantar la vid a una maceta de mayor ta maño cuando se desarrolle el sistema de raíces; en ese caso, conviene hacer el trasplante en primavera, cuando las raíces inician su activi dad. Si la vid está en una maceta de 13 cm, debe trasplantarse a una de 18 cm, pero si las raíces son más grandes, puede pasarse a una ma ceta de 22 cm. El sustrato más adeucado es un compost de tierra vege tal, como por ejemplo John Innes N° 3, pues garantiza que la planta no llegue a tener una copa demasiado pesada.
Una vez comenzado el desarrollo, los pámpanos se alargan; convie ne dejar los cuatro o cinco de la parte superior de manera que formen una «copa», sujetándolos cuando hayan dado cuatro o cinco hojas. Si aparecen brotes en el sarmiento principal, deben eliminarse completa mente. Es casi imposible que aparezcan ramilletes de flores, pero en tal caso hay que suprimirlos inmediatamente porque no conviene que se desarrollen en esta etapa temprana.
En el segundo año, los sarmientos maduros deben podarse a una yema durante el letargo invernal. Se comienza así la construcción del sistema de vara-espolón, destinado a formar una copa permanente en la vid de macetero. Dado que el crecimiento activo empieza en prima vera, habrá que rascar la capa superior de tierra de la maceta y colocar en su lugar una capa de fertilizante John Innes Potting Compost N° 3, procurando dejar espacio suficiente para el agua de riego. Para favore cer un crecimiento vigoroso y para asegurarse la correcta maduración de la planta, coloque la vid fuera del invernadero a partir de principios del verano.
Durante el tercer año, hay que hacer una poda severa a una yema a principios del invierno, y seguramente habrá que trasladar la planta a un macetero más grande. Es posible que éste sea el último cambio, por que con una alimentación correcta y abono en la superficie de la tierra, una vid puede mantenerse durante muchos años en el mismo tiesto.
La vid así cultivada puede dar sus primeros frutos al tercer año. Despunte a dos hojas el racimo, y a una hoja cualquier lateral y sublateral. Si los pámpanos necesitan soporte, se pueden atar a un rodrigón central.
Cada siete días desde la aparición de la fruta, aplique un fertilizante general, después del cual deberá usarse un fertilizante potásico (por ejemplo, alguno de los adecuados para tomateras).
Si el clima es cálido, la fase final del proceso de maduración de la fruta puede tener lugar al aire libre, protegiéndola en este caso de los daños virtuales que pueden ocasionar los pájaros y las avispas. Una fórmula consiste en cubrirlas con una red o embolsarlas con medias de nylon.
1 comentarios:
Muy bueno, he aprendido mucho. Tengo pedida ina vid. A ver si tengo surte y me sale bien.
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